miércoles, enero 19, 2005
Corazón con agujeritos
Bob Esponja: La película. (The SpongeBob SquarePants Movie, Estados Unidos, 2004, 90'). Dirigida por Stephen Hillenburg. Con las voces de (en la original) Tom Kenny, Clancy Brown, Bill Fagerbakke, Jeffrey Tambor, Scarlett Johansson y Alec Baldwin. Ficha técnica.
ESTRENOS
Puntaje: 8
Bob y Patricio son chicos. Ni esos ñoños sabelotodo que parecen viejos y participan en programas de preguntas y respuestas en televisión, ni esos grandulones que todavía se visten en Cheeky.
Bob Esponja es una película para chicos. Ni esas tonterías con guiños para padres (y con la clara intención mercantil de atraer a las salas a la mayor cantidad de público) ni un dibujo animado para adultos.
Por eso, tanto el protagonista como la película se permiten ser torpes, frescos, escatológicos, libres. Pero en ningún momento inocentes: Bob tiene muy claro que merece un ascenso en su trabajo -el amague del final es una clara muestra- y la película jamás cree en el cliché de la ingenuidad infantil ni en su nobleza per sé. (Si Bob es noble, en todo caso, es porque se esfuerza mientras que el villano Plankton quiere dominar a todos).
Bob Esponja no es una más del subgénero "animación bajo el mar", como sí lo era, por citar un ejemplo reciente, la insufrible El Espantatiburones. Porque no acude al sobrexplotado mundo de las citas al universo pop, ni a ningún abuso de poses cancheras. Bob Esponja es tan directa como un chico cuando quiere saber cómo nació o cuando señala con el dedo un lunar desagradable en la cara del que tiene enfrente.
Así, cuando necesita la presencia de un guardavidas acude al mismísimo David Hasselhoff (otras, posiblemente hubieran mostrado a algún crustáceo sexy con malla roja corriendo en ralenti a la orilla del mar y con la musiquita de Baywatch de fondo subrayando).
Pero lo más importante es que Bob Esponja no se ríe de los chicos ni de sus desventuras. Se ríe -diría el mismísimo Bob- al lado de ellos.
Agustina Larrea.
ESTRENOS
Puntaje: 8
Bob y Patricio son chicos. Ni esos ñoños sabelotodo que parecen viejos y participan en programas de preguntas y respuestas en televisión, ni esos grandulones que todavía se visten en Cheeky.
Bob Esponja es una película para chicos. Ni esas tonterías con guiños para padres (y con la clara intención mercantil de atraer a las salas a la mayor cantidad de público) ni un dibujo animado para adultos.
Por eso, tanto el protagonista como la película se permiten ser torpes, frescos, escatológicos, libres. Pero en ningún momento inocentes: Bob tiene muy claro que merece un ascenso en su trabajo -el amague del final es una clara muestra- y la película jamás cree en el cliché de la ingenuidad infantil ni en su nobleza per sé. (Si Bob es noble, en todo caso, es porque se esfuerza mientras que el villano Plankton quiere dominar a todos).
Bob Esponja no es una más del subgénero "animación bajo el mar", como sí lo era, por citar un ejemplo reciente, la insufrible El Espantatiburones. Porque no acude al sobrexplotado mundo de las citas al universo pop, ni a ningún abuso de poses cancheras. Bob Esponja es tan directa como un chico cuando quiere saber cómo nació o cuando señala con el dedo un lunar desagradable en la cara del que tiene enfrente.
Así, cuando necesita la presencia de un guardavidas acude al mismísimo David Hasselhoff (otras, posiblemente hubieran mostrado a algún crustáceo sexy con malla roja corriendo en ralenti a la orilla del mar y con la musiquita de Baywatch de fondo subrayando).
Pero lo más importante es que Bob Esponja no se ríe de los chicos ni de sus desventuras. Se ríe -diría el mismísimo Bob- al lado de ellos.
Agustina Larrea.
jueves, noviembre 18, 2004
Profesores pop
martes, octubre 26, 2004
Lejos del paraíso
miércoles, octubre 06, 2004
French Can Can
miércoles, septiembre 15, 2004
What is looooooove?
jueves, agosto 12, 2004
Detrás de todo sólo hay una mujer
miércoles, julio 28, 2004
Saquen una hoja
Educación sentimental. Rosal. Editado por Kiti Records
DISCOS
María Ezquiaga: guitarra y voces. Julieta Ulanovsky: bajo y voces. Sebastián Ostolaza: batería, percusión y voces.
Sitio oficial.
Puntaje: 9
Tema uno: "Sensualidad no es hablar". Esa es la lección que nos deja Rosal y que forma parte de "Educación sentimental", canción que da nombre al disco.
Rosal es apenas guitarra, coros, a veces un bajo y percusión. "Educación sentimental" es apenas un conjunto de canciones poderosas. Por momentos desgarrador, por momentos ultraestimulante, el trío se ríe a carcajadas de los que intentan explicar al amor ("Love is touch/ love is real/ love is reaching love", susurran hacia el final de "John" o "El silencio habla/ y es mejor que cuando yo lo intento", gimen en la bellísima "Suficiente").
Este Rosal exhala aire fresco, huele a jardín blefariano, a libertad. Por eso, la sensitiva voz de María Ezquiaga (guitarrista de la mismísima Rosario Bléfari y ex Baccarat) puede pasar de la ternura infantil de "Bombón" -con su empalagante y adictivo corito "bón, bón, bón" ad hoc- al desenfreno de "25 de enero" o a la lánguida transportación de "Viajo".
Tema dos: "Rosal es música para el cuidado de un jardín", asegura la contratapa del disco. Pero también es música para los que desmenuzan flores o, sin más, las arrancan. Para los que a duras penas arañan un "Suficiente". Para los peores de la clase, los que tienen que volver en marzo siempre, los que no aprenden nunca. Justamente, en "Educación sentimental", de repetir se trata.
Agustina Larrea.
DISCOS
María Ezquiaga: guitarra y voces. Julieta Ulanovsky: bajo y voces. Sebastián Ostolaza: batería, percusión y voces.
Sitio oficial.
Puntaje: 9
Tema uno: "Sensualidad no es hablar". Esa es la lección que nos deja Rosal y que forma parte de "Educación sentimental", canción que da nombre al disco.
Rosal es apenas guitarra, coros, a veces un bajo y percusión. "Educación sentimental" es apenas un conjunto de canciones poderosas. Por momentos desgarrador, por momentos ultraestimulante, el trío se ríe a carcajadas de los que intentan explicar al amor ("Love is touch/ love is real/ love is reaching love", susurran hacia el final de "John" o "El silencio habla/ y es mejor que cuando yo lo intento", gimen en la bellísima "Suficiente").
Este Rosal exhala aire fresco, huele a jardín blefariano, a libertad. Por eso, la sensitiva voz de María Ezquiaga (guitarrista de la mismísima Rosario Bléfari y ex Baccarat) puede pasar de la ternura infantil de "Bombón" -con su empalagante y adictivo corito "bón, bón, bón" ad hoc- al desenfreno de "25 de enero" o a la lánguida transportación de "Viajo".
Tema dos: "Rosal es música para el cuidado de un jardín", asegura la contratapa del disco. Pero también es música para los que desmenuzan flores o, sin más, las arrancan. Para los que a duras penas arañan un "Suficiente". Para los peores de la clase, los que tienen que volver en marzo siempre, los que no aprenden nunca. Justamente, en "Educación sentimental", de repetir se trata.
Agustina Larrea.
jueves, junio 17, 2004
Ruidos
Los guantes mágicos (Argentina, 2003). Dirigida por Martín Rejtman. Con Vicentico Fernández Capello, Valeria Bertuccelli, Fabián Arenillas, Susana Pampín, Cecilia Biagini, Diego Olivera y Leonardo Azamor. Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 10. En los diarios: Diego Batlle (La Nación): 8, Diego Lerer (Clarín): 8, Martín Pérez (Página/12), Paraná Sendrós (Ámbito Financiero): 4.
Llego tarde: hace tres semanas que está en cartel Los guantes mágicos. Sin embargo, la paupérrima oferta de la cartelera porteña relega la posibilidad de mirar películas a videos, DVDs o a reincidir en el cine con algo ya conocido. Hago una re-visión de la última obra de Rejtman, entonces. O una re-escucha. Muchos han detectado en este director un entramado de circulación de bienes perfectamente cuantificables (un perro, pastillas, guantes, viajes en auto, la cantidad de cigarrillos que fuman los millones de chinos y varios etcéteras). Si bien este procedimiento es evidente -y repetido en el mundo de sensaciones Rejtman- el hallazgo de Los guantes... está en que el intercambio no se limita a lo visible. Y aquí es donde el director abre la cancha a nuevas posibilidades cinematográficas y reserva un lugar para un movimiento mucho más sutil, un trueque auditivo donde cada cual atiende su juego.
Los personajes -además de estar caracterizados con determinados peinados, ropas y objetos- detentan sonidos que les son propios. Piraña es su disco; su hermano Luis, una respiración insoportable; Cecilia, la canción de Gieco. Y la enumeración podría continuar hasta el colmo de lo invisible, que es la profesora de yoga, apenas una voz perfectamente delineada.
Los ruidos también delimitan espacios y objetos. La porno que están rodando en el mini-gimnasio se reduce a un conjunto de gemidos: Rejtman muestra irónicamente el cartelito "Silence. Shooting".
Para Alejandro es clave la visita al otorrino: a partir de ese momento su conexión con el auto -que según Cecilia "le quiere decir algo"- va a ser distinta. Empieza a oír ruidos que no había notado e incluso intenta reproducirlos con una desopilante catarata de onomatopeyas. (Su Renault 12 apenas tiene radio AM mientras que el pistero suena tremendo).
Es un amor incondicional: Alejandro no escucha la música que escuchan todos, oye su auto. Y cuando lo pierde se aproxima a otros R12, pero sabe que no van a sonar igual.
En sus "Fragmentos de un discurso amoroso", Roland Barthes sentenció: "Aunque todo amor sea vivido como único y aunque el sujeto rechace la idea de repetirlo más tarde en otra parte, sorprende a veces en él una suerte de difusión del deseo amoroso; comprende entonces que está condenado a errar hasta la muerte, de amor en amor". Alejandro, como todo enamorado, sigue en la carretera, buscándolo.
Agustina Larrea.
ESTRENO
Puntaje: 10. En los diarios: Diego Batlle (La Nación): 8, Diego Lerer (Clarín): 8, Martín Pérez (Página/12), Paraná Sendrós (Ámbito Financiero): 4.
Llego tarde: hace tres semanas que está en cartel Los guantes mágicos. Sin embargo, la paupérrima oferta de la cartelera porteña relega la posibilidad de mirar películas a videos, DVDs o a reincidir en el cine con algo ya conocido. Hago una re-visión de la última obra de Rejtman, entonces. O una re-escucha. Muchos han detectado en este director un entramado de circulación de bienes perfectamente cuantificables (un perro, pastillas, guantes, viajes en auto, la cantidad de cigarrillos que fuman los millones de chinos y varios etcéteras). Si bien este procedimiento es evidente -y repetido en el mundo de sensaciones Rejtman- el hallazgo de Los guantes... está en que el intercambio no se limita a lo visible. Y aquí es donde el director abre la cancha a nuevas posibilidades cinematográficas y reserva un lugar para un movimiento mucho más sutil, un trueque auditivo donde cada cual atiende su juego.
Los personajes -además de estar caracterizados con determinados peinados, ropas y objetos- detentan sonidos que les son propios. Piraña es su disco; su hermano Luis, una respiración insoportable; Cecilia, la canción de Gieco. Y la enumeración podría continuar hasta el colmo de lo invisible, que es la profesora de yoga, apenas una voz perfectamente delineada.
Los ruidos también delimitan espacios y objetos. La porno que están rodando en el mini-gimnasio se reduce a un conjunto de gemidos: Rejtman muestra irónicamente el cartelito "Silence. Shooting".
Para Alejandro es clave la visita al otorrino: a partir de ese momento su conexión con el auto -que según Cecilia "le quiere decir algo"- va a ser distinta. Empieza a oír ruidos que no había notado e incluso intenta reproducirlos con una desopilante catarata de onomatopeyas. (Su Renault 12 apenas tiene radio AM mientras que el pistero suena tremendo).
Es un amor incondicional: Alejandro no escucha la música que escuchan todos, oye su auto. Y cuando lo pierde se aproxima a otros R12, pero sabe que no van a sonar igual.
En sus "Fragmentos de un discurso amoroso", Roland Barthes sentenció: "Aunque todo amor sea vivido como único y aunque el sujeto rechace la idea de repetirlo más tarde en otra parte, sorprende a veces en él una suerte de difusión del deseo amoroso; comprende entonces que está condenado a errar hasta la muerte, de amor en amor". Alejandro, como todo enamorado, sigue en la carretera, buscándolo.
Agustina Larrea.
Gritos y susurros
La cruzada de la emoción
Perdidos y encontrados
Gracias por la magia (y aguante la ficción)
sábado, mayo 22, 2004
RH positivo
El amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, Estados Unidos, 2004). Dirigida por Zack Snyder. Con Sarah Polley, Ving Rhames, Ty Burrell, Tom Savini, .Ken Foree y Scott H. Reiniger. Ficha técnica.
ESTRENO
Puntaje: 9. En los diarios: Adolfo C. Martínez (La Nación): 6, Aníbal M. Vinelli (Clarín): 6. Rotten Tomatoes: 77%. Metacritic: 55.
Click para leer la crítica.
ESTRENO
Puntaje: 9. En los diarios: Adolfo C. Martínez (La Nación): 6, Aníbal M. Vinelli (Clarín): 6. Rotten Tomatoes: 77%. Metacritic: 55.
Click para leer la crítica.